DESTELLOS
DESPRENDIDOS
(fragmentos:
“Las cosas, las criaturas y los días)
Hasta el más valiente de
nosotros,
pocas veces tiene el valor de
enfrentarse
con lo que realmente sabe.
F. Nietzsche
La
main
à plume
vaut
la main
à charrue[1]
A.
Rimbaud
Ecos
Afinando cuerdas en las neuronas.
Obstáculo. Definitiva ausencia burda.
El silencio brinca entre nenúfares
abriendo las piernas a la música
evaporándose en el charco purpura
inerme ante la vastedad del crepúsculo.
Cada instante rompe con la armonía
la faceta ciega de la noche seca
se derrite en cada sueño que pasa
musitando a través de la ventana.
Ese ruido, espectro aullando, estridular
diáfano,
retumba en el cerebro como eco profundo:
son los latidos del corazón anhelando
galaxias...
[1] La
mano en la pluma es como la mano en el arado.
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