lunes, 18 de noviembre de 2013

Ethian Lemus: Mención Honorífica en el concurso de cuento corto y poesía (La Testadura/ Univ. Marista de Qro.)












Epitafios                 Por: Ethian Lemus

Era un viejo caminando difícil, sostenido por un bastón, ese gran compañero, el único que comprendió, al cual le debía mucho pero no le podía devolver nada, al menos, hasta aquel día en que volvería a ser un pedazo de madera. Su espalda curveada como los montes cuando cansados de su larga existencia, el cabello era blanco y arremolinado, como un enardecido océano, que dura poco, que muere fuerte y renace constante, su estatura fue asesinada por el tiempo, su gran enemigo pero su único consuelo, el que algún día lo dejaría ir, pero no era ese el momento. Pero todo era nada, cuando  en sus ojos uno se adentraba, profundos, tan profundos que el alma se podría perder en ese gran abismo, ese gran pozo, tan oscuro, tan misterioso, la caída seria eterna.   Pero el viejo tenía un problema, pues de su momento poco quedaba, y esto no lo preocupaba, si no, que jamás reveló el secreto, y moriría con el, los dos sin recuerdo.
Y en eso estaba cuando se topo con un lobo, el cual lo venia siguiendo, se notaba que su única compañera era el hambre, cuando estaba apunto de atacar, el viejo esbozó una sonrisa y le dijo:
- Afortunado eres tú, tu objetivo es fácil, tu muerte es fácil, tu vida es fácil.                          
-Afortunado eres tu viejo, tienes concebida la oportunidad de salir de la línea, romper el cuadrado, ¡Bendito tú que eres impredecible!
Y el viejo hecho a reír, y contestó:                                                                     
 -En verdad tú eres el divino, ¡jamás saliste del paraíso!
- Viejo, ¿acaso no eres tú el que tiene el poder de preguntarse el único porqué, el poder de elegir, el poder de decir No, las consecuencias de tu libertad pueden ser buenas o malas, pero las tienes, pierdas lo que pierdas, esa libertad siempre te acompañaran, ciertamente jamás te podrás explicar el origen de lo que vengo diciendo, pero tienes la posibilidad de preguntártelo, yo en cambio, no esta en mi naturaleza, el poder hacerlo, estoy totalmente desligado de Dios, nosotros somos los no lectores de la novela hundida.
-¿Acaso no te das cuenta? Tú al igual que todo están en presencia de Dios, en cada mínima, la más pequeña que tuvieras conocimiento, tú al igual que yo, somos un producto, una consecuencia de Él.
-Y justo esa es la razón por la que tú y tú raza son un desperdicio. Tienen todas las capacidades que la naturaleza pudiera haberles regalado, habilidades que para nosotros seria absolutamente imposible comprender, pero ustedes, nacieron en la comodidad total, todas sus habilidades, grandiosas, las escondieron en lo más profundo de su ser, ¡ciertamente son la vergüenza de Dios!, convirtieron los regalos en una maldición para toda la tierra y lo que habitase en ella, elevaron las olas con furia, trajeron los rayos, envenenan todo lo que tocan, ¿acaso no entendieron que las cosas son como son por una razón, y cualquier cosa que las modifique es una blasfemia contra la constitución de la naturaleza?
Pero algo yo les puedo decir, de su tiempo queda poco, el reloj de arena tenía más tiempo que el de cualquiera de nosotros, ¡pero ustedes mismos lo rompieron! Ustedes agotaron su tiempo, tal vez aprendan sus errores, tal vez no, pero de que sirve que intentes bajar la velocidad cuando vez  un acantilado, si cuando lo empiezas a hacer ya vas cayendo. Pero así estaba escrito, son una mezcla des armónica, no son más que un virus, que agota los recursos del lugar donde esta, e invade otros, y luego otros, pero esos “otros” ya se acabaron, ya no tienen la posibilidad de sobrevivir con esa misma forma deforme y antinatural de la vida, la tierra tenia que deshacerse de ustedes.
-Lobo, me impresionas, tu critica es dura, pero tu compasión es poca, no has tenido paciencia, las cosas evolucionan y se adaptan o mueren, la humanidad crece, avanza, no se deja de mover, pero todo ese avance no esta paralelo con la moral, cada paso que avanzamos, es en realidad un paso hacia atrás dentro de nuestros corazones, nos quejamos pero no proponemos. Las cosas pasan a su debido tiempo ¡que gran mentira!, si lo esperamos, ya no estaremos para darnos cuenta de que ha llegado, el cambio esta en nuestras manos, los verdaderos profetas de la muerte son los que quieren conservar, saben que su fin es inminente, y no soportan ver que se extinguen, la vida es movimiento, lo que no se mueve no tiene vida. Sobre nuestras vidas, la maldición ha caído, mordimos la manzana el mismo día que el sol cayó, sus últimos rayos iluminaron el principio, ¡pero ahora andamos a ciegas!, el cambio fue rápido, nos derrumbo, es un abanico, que con belleza se abre, el día ha muerto, esa oscuridad ya no es la noche, es el oscuro reflejo de nuestra confusión, pero existen luces, ¡Por qué las tuvimos que apagar!, el templo de la humanidad, tuvo retablos de oro, ¡pero ahora esta derrumbado! Nuestro techo fue alto, inspirador, alguna vez las columnas fueron fuertes, ¿Quién lo destruyo? El dinero y el Dios para quien todo fue hecho, ¡porque Él jamás existió! Entro a ese templo, alguien habla ¡un blasfemo maldiciendo blasfemos! ¿Pero a quien le habla? A nadie, ha llegado el día en que estemos solos, nuestra trascendencia fue asesinada; Me señala y me dice, eres el único que no se conformo, renunciaste a tu felicidad, ¡La ignorancia es la única felicidad! Abro los ojos, veo el epitafio de la humanidad, “Maldito el que viene en nombre del señor, porque a los cerdos oro aventó, polvo no fueron, en polvo no quedaron, pues hasta el más grande esfuerzo es una novela hundida, su realidad no existió, maldición bendita son ustedes, depresión de la vida, esperanza perdida, se te dio el amor, creaste odio, se te dio, perdón creaste rencor, se te dio religión, creaste negocio. Subiste a la cima, te postraste sobre las bestias, conseguiste la gloria, pero querías más, siempre mas ¡subiste y subiste, y al no encontrar nada te aventaste! Aleluya. Intentaste ser dios, ser mesías, ser bestia, pero nunca fuiste nada.” Solo hay un bosque, neblina, silencio, ¡Que belleza! Árboles altos, ideas grandes, raíces profundas, motivaciones oscuras. Hojas cayendo, el suelo es una gran alfombra de hojas que caen, los que caen son solo donde pisan los que no, El sol no puede penetrar en las densas copas, crecimos tanto que no dejamos pasar la luz, obscuridad. Silencio, el reino del alma, pero el bosque se acaba, solo desierto, sin vida, Gomorra es su nombre, el juicio fue duro, pero fue enjuiciada por la intranscendencia, su nombre fue olvidado, Más pecador el que enjuicia por justo que el enjuiciado por criminal. Y después  de mucho caminar, encuentro una pirámide,  humana jamás, Cuatro esquinas una punta, y sobre ella una luz, la iluminación, y el camino hacia ella era difícil, era dolor, pero la recompensa era grande, y al final del camino, veo una fosa común, gigante como el mas grande cráter, y a su lado una igual, y se me fue revelado, una para maestros, iluminados y gentiles, y otra para criminales, mediocres e ignorantes, pero entre ellas no había diferencia alguna, exactamente iguales “todos morimos por igual e igualmente” Y como mi viaje, finalizado estaba, me adentre en la fosa para jamás volver a existir.



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